Capítulo 3 |  "1 de enero"

Capítulo 3 | "1 de enero"


Hoy recuperamos la sección Spread Love de la mano de Santiago Antón (@santiagofabero), un Little Monster que a partir de hoy formará parte de la familia de WMS con sus colaboraciones. Para este reinicio nos ofrece este escrito personal con el que esperemos que disfrutéis.

Con todos ustedes...

1 DE ENERO

Amanecía  lentamente.  El sol iba poco a poco dibujando el contorno de Times Square, mientras yo, después de que sonara en mi despertador  "Bell Bottom Blues", buscaba desesperada la botella de ginebra, o whisky, que importaba a estas alturas, al paladar ya le daba igual todo, como a mí que el aire tuviera un fuerte aroma a Mary Jane.

En fin, un nuevo año, pero no sentía la calidez del nuevo comienzo como antaño, seguía anclada en un pozo sin fondo, en una espiral de destrucción que había consumido mi alma hasta los huesos de su ahora vacía esencia. ¿Dónde estaba la fuerza que me había caracterizado? ¿Cuándo abandoné en la cuneta eso de "nacimos para ser valientes, nacimos para sobrevivir, nacimos así"?  ¿O acaso eso no fue sino un espejismo dentro de una burbuja a la que le había llegado la hora de explotar y fundirse con el olvido?

Notaba que me acercaba al punto de no retorno, ese en el que la cama, de la que aún no había encontrado  el  valor  para  siquiera sentarme  a contemplar  mi hermosa  e infinita ciudad natal, quedaría  como mi último reino a defender. Pero ni siquiera los inaudibles latidos de mi herido corazón serían capaces de enfrentarse a esta depresión.

Adiós Madison Square Garden. Esta copa cargada de ron es por ti.

Hasta siempre pequeños monstruos. Nunca os olvidéis de alzar vuestras garras porque vosotros sí sois valientes y atrevidos. Grammys, coged polvo, como reliquias de un pasado dichoso, recordadme que esto ha sido tan real como el respirar, que no ha sido un hermoso sueño. ¿Cómo  voy  a  ser  un  ejemplo  de  superación  si  no puedo ni dar un paso al frente y alejarme de esta cómoda aunque fría cama?

Y  entonces  oí  una  lejana  melodía  que provenía  de mi tocadiscos  del salón. Eso me sorprendió porque no había oído a nadie entrar en el apartamento y tenía la seguridad de que había dormido sola. "Do  What  U  Want"  se  extendía  como el humo del porro que me había fumado para celebrar la caída de la bola en Times Square. Pero esta vez, en vez de hundirme aún más,  esta  melodía consiguió   lo  que  consideraba  impensable:  encontrar  mi  última temblorosa molécula de luz, el último fotón de lo que una vez había sido, y cubrirla con una manta de esperanza.

Y esa molécula empezó a crecer, y se multiplicó, y se expandió por todo mi sistema circulatorio, llegando a cada célula, alimentando la ilusión, poniendo en marcha este oxidado cadáver. A la porra Troy Carter. A la porra los críticos que siempre quieren más y más. A la porra la industria. A la porra las traiciones dentro de la Haus. Mi oxígeno  no es el dinero, sino el arte, y lo iba a demostrar.

"ARTPOP va a ser memorable, como me llamo Stefani Angelina Joanne Germanotta", pensé. Embriagada por la adrenalina, tiré el vaso lleno de alcohol contra el cristal blindado de la ventana y me deleité con el sonido de su rotura.

Lady Gaga, mayo 2015
De un salto dejé atrás la cama, y las añiles sabanas obedecieron la ley de la gravedad y se posaron pulcramente a mi alrededor, recubriendo con un círculo la madera del parquet, y el sol recorrió cada centímetro de mi piel sin obstáculos. Me sentía como una diosa en medio del caos. Rauda y veloz abrí la ventana para que se escaparan los espíritus de mi Apocalipsis.  Me metí en la ducha, y no salí hasta que sentí que toda la suciedad  se hubiera colado por el desagüe.  Me envolví en mis toallas de Versace y contemplé mi demacrado  reflejo  en el empañado  espejo y un mantra recorrió mi mente: "Soy Lady Gaga, voy a seguir creando amor con cada invención,  con cada actuación,  con cada sílaba de cada canción. Mis fans se lo merecen, mi familia se lo merece, así que se acabó la taciturnidad, el huracán Stef vuelve a la carga y no va a dejar títere con cabeza."

No advertí que lo estaba diciendo en voz alta hasta que no oí una ligera risa en la puerta del baño. Me  giré  y  solo  descubrí  una  versión  de  mí  misma  más  mayor  que  me  sonreía abiertamente. En su mirada solo pude detectar un sentimiento: Orgullo.

­ Bienvenida de nuevo. ­ Dijo mi madre monstruo biológica mientras me abrazaba.

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2015-05-08 00:05

Wow! Muy bueno, me gustó.