Lady Gaga y una vida de pasión

Lady Gaga y una vida de pasión


A comienzos de semana vi a algunos jóvenes músicos actuar con canciones de Lady Gaga frente a Lady Gaga. Cómo la voz de India Carney se levantó y se abalanzó durante las increíbles interpretaciones de esos himnos "dance hits"; Gaga se sentó embelesada. Sus ojos se humedecieron. En ocasiones sus brazos se alzaban en asombro. Finalmente, simplemente se levantó y aplaudió. 

Fue una cena ofrecida por American for the Arts, una organización no lucrativa dedicada a la difusión de las artes y la educación artística. Gaga recibió un premio junto a Sophia Loren, Herbie Hancock, entre otros. Su discurso de agradecimiento fue tan dramático como la música. Mientras derramaba lágrimas, dijo que esta bendición de respetabilidad era "lo mejor que me ha pasado". Y recordó sus sueños de cuando era una niña: "supongo que no tenía claro lo que iba a ser, pero siempre quise ser valiente y quería ser un recordatorio constante para el universo de cómo se ve la pasión. Cómo suena. Qué se siente."

Este discurso se me clavó en la mente y me hizo pensar. Cuando hablamos de vivir con pasión, que suena un poco a cliché, ¿Qué queremos decir exactamente?

Supongo que las personas que viven con pasión empiezan con un especialmente intenso deseo de completarse a ellos mismos. Nosotros somos los únicos animales que por su naturaleza somo incompletos. Nos tenemos que auto-conducir hacia la satisfacción, la integración y la coherencia.  

Algunas personas son apoderadas por este cometido con un fuerte anhelo. Tal vez son impulsados por las heridas que necesitan cura de urgencia o por el miedo a la soledad o la fragmentación. Tal vez se dejan llevar por alguna fantasía gloriosa por dejar una marca en el mundo. Pero a menudo tienen una fervente curiosidad sobre su naturaleza interior y una insaciable sed por encontrar alguna actividad que pueden perseguir de todo corazón, sin limitaciones. 

Construyen su interior para expresarse exteriormente. Los miembros del clero muchas veces dicen que se hacen a sí mismos desde el púlpito. Por hablar de su fe, ellos se hacen a si mismos fieles. La gente que vive con pasión hace eso. Por la enseñanza o el canto o la escritura o la lactancia o la paternidad, ellos empujan la coherencia a impulsos dispersos que han nacido en nuestro interior. Haciendo alguna actividad externa, se entienden y se definen a si mismos. Una vida de pasión sucede cuando una naturaleza emocional cumple una vocación consumidora. 

Otro rasgo que los marca es que tienen altos niveles de vulnerabilidad y de coraje. Como escribió Martha Nussbaum en su gran libro "Trastornos del pensamiento", ser emocional es apegase a algo que uno valora sumamente pero que no lo controlas en su totalidad. Ser apasionado es ponerte en peligro. 

Vivir con este peligro requiere un coraje que toma dos formas. En primer lugar, las personas con pasión tienen el coraje de cavar y jugar con sus problemas. Todos tenemos ciertas preocupaciones centrales y puntos sensibles que nos preocupan de la vida. Los escritores y artistas pueden cambiar de estilo a lo largo de sus carreras, pero la mayoría de ellos están pasando por las mismas preocupaciones de diferentes maneras. Para Lady Gaga, predominan las preocupaciones sobre la fama y el físico — imágenes de mutilaciones se repiten en sus vídeos. Siempre está herida o arrojándose desde balcones. 

La gente apasionada a menudo se descubre a sí misma a través del juego. Ya sean los científicos, empresarios, cocineros o artistas, ellos exploran sus problemas de la misma forma en que los niños exploran las posibilidades de Play-Doh. Usan la imaginación para abrir posibilidades y comprender sus historias emocionales. Se deleitan en nuevas maneras de expresarse, ampliar sus personalidades y avanzar hacia sus metas. Gaga, para continuar con el ejemplo de hoy, ha tenido siempre un sentido del humor sobre sus proyectos, sobre las cosas que asustan y hacen las delicias de ella.

En segundo lugar, las personas con pasión tienen el valor de ser ellos mismos con abandono. Todos nos preocupamos de lo que otros piensan de nosotros. Las personas con pasión están menos dispuestas a ser gobernadas por la tiranía de la opinión pública.

Como dice el refrán, de alguna manera consiguen ponerse al otro lado del miedo. Consiguen ir más allá de esa niebla que da miedo acercarse. Una vez en ella, tienen más libertad para navegar. Optan por no recurrir a cosas que son repetitivas, rutinarias y de mala muerte. Incluso hay veces que hay una cierta imprudencia en eso; la voluntad de mostrarse públicamente como seres imperfectos, mientras que en realidad no piensan de antemano cómo podría reaccionar la gente. Gaga no es nada si no permanentemente ahí fuera, la celebrity rara que está dispuesta a retratarse a sí misma como un monstruo, como una bruja o un perturbador cyborg, alguien propenso a infligir dolor.

Lady Gaga es una criatura única de su propia cosecha, quien nadie podía copiarla. Pero es sin duda una persona que vive una vida amplificada, que lanza sus contradicciones por ahí, que ella misma hace una obra de arte. La gente está enfrentándose al resto de nosotros con la pregunta de un amigo mío que pregunta constantemente: ¿Quién serías y qué harías si no tuvieras miedo?